Lustropolis: Un juego indie para adultos travieso que lleva la perversión a nuevas alturas

El juego tiene lugar en una ciudad decadente, llena de demonios insaciables, succubus, vampiros y otras criaturas sobrenaturales que viven sus fantasías depravadas justo ante los ojos de su avatar (o más bien, en su pantalla). ¿La parte? Usted no es un observador; simplemente no, usted juega como un nuevo inmigrante que llegó a la ciudad de Limburgo que puede elegir el que se alinean con los ángeles, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el diablo, el Esto no es un porno barato y borroso; son obras de arte digital diseñadas específicamente para jugadores exigentes que buscan algo más que excitación. Proporcionan profundidad emocional genuina y elementos narrativos que elevan Lustropolis más allá de la mera pornografía en una experiencia interactiva legítima y narrativa. Así que, compañeros degenerados que buscan una solución de placer culpable que satisfaga sus fetiches más depravados, hágase un favor y descargue Lustropolis lo antes posible. Solo recuerde abastecerse de teclados adicionales y probablemente se limpie las manos después porque confíe en mí, una vez que entre en el lúgubre mundo de Lustropolis, nunca querrá irse... hasta que su madre llame a la puerta preguntando por qué su habitación huele a sudor, es decir, a culo.